La implementación de la Ley Nacional de Etiquetado Frontal Nº 27.642, que busca alertar sobre los excesos de grasas, sodio y azúcares en los alimentos, ha llevado a las empresas a reformular la composición nutricional de algunos de sus productos, especialmente aquellos que los consumidores consideran como saludables, según destacaron expertos en nutrición.

Andrea Graciano, nutricionista del Colegio de Nutricionistas de la provincia de Buenos Aires, señaló que “la industria láctea ha comenzado a reformular productos” y ahora se pueden encontrar yogures u otros lácteos sin sellos de advertencia.

La especialista mencionó que “el etiquetado frontal es más efectivo en productos que son falsamente percibidos como saludables, como un yogur. De repente, con la ley, nos damos cuenta de que estos productos tienen 1, 2 o tres sellos” y resaltó que “en otros países, las ventas de estos productos han disminuido, lo cual es muy beneficioso para la salud pública”.

En México, donde la ley de etiquetado frontal es obligatoria desde octubre de 2020, las grandes empresas anunciaron que reformularían entre el 50% y el 80% de sus productos, agregó Graciano.

Si bien aún no se ha cuantificado la cantidad de productos que se han reformulado en Argentina, se observa gradualmente un cambio en esta dirección, donde la ausencia de sellos se convierte en una estrategia de marketing, explicó la nutricionista.

Por su parte, Sandra Tirado, secretaria de Acceso a la Salud de la Nación, destacó que “algunas industrias han cambiado la composición de productos como panes, yogures y postres lácteos para evitar los sellos de advertencia”.

Tirado también mencionó que las empresas que solicitaron prórrogas, pero que ya han cumplido su período, también han modificado la composición de sus productos, y algunas se encuentran en ese proceso. En un futuro, es posible que estos productos ya no lleven los sellos de advertencia.

En cuanto a los cambios de hábitos, la funcionaria del Ministerio de Salud indicó que se planea realizar encuestas para conocer con precisión la situación. Además, a través de las redes sociales, se ha notado que algunas personas han dejado de consumir productos que antes creían que eran “light” al descubrir que llevaban sellos de advertencia.

Graciano mencionó que en otros países que han implementado regulaciones similares, se ha observado que cuando la población tiene acceso a información nutricional y toma decisiones de compra informadas, la demanda se orienta hacia productos que no llevan sellos de advertencia. Esto ha llevado a la industria alimentaria a reformular sus productos y reducir los niveles de sodio, azúcar y grasas.

Es importante destacar que, debido a los sellos de advertencia, las empresas no pueden incluir información nutricional adicional en el empaque, como frases que indiquen “con menos grasa”, por ejemplo, recordó Graciano.

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