Nota de opinión, por Santiago García Scardigno

Milei al gobierno, ¿quién al poder? Es una pregunta que surge luego de la alianza previo al ballottage. Que una parte de Juntos por el Cambio haya desembarcado en la campaña de Milei le dio una tónica a la campaña libertaria que era imposible de anticipar desde lo ideológico. El giro hacia la moderación y la incorporación de «casta» al orden nacional que vimos en las últimas semanas, previo a las elecciones que enfrentarían a Sergio Massa y Javier Milei, son fieles al Teorema de Baglini. Esto no espantó al núcleo duro e intransigente (hasta ese momento) de «La Libertad Avanza», más bien se enamoraron de las mieles de la sobreexposición mediática que instrumentó el macrismo. Abonando a esto, se dio un fenómeno muy interesante: la estructura libertaria que venía siendo imbatible en redes sociales, LLA comenzó a nutrirse de recortes televisivos para «viralizarlos», de la misma manera que se trabajó en los comienzos para crear el fenómeno Milei —subiendo recortes del economista que obtenían de los medios tradicionales para difundirlos en las redes—.

Sin saber cómo será el «poroteo» parlamentario es difícil predecir lo que vendrá en materia legislativa, pero me parece oportuno destacar que LLA no tendrá capacidad de sancionar leyes sin dialogar con «la casta». El Congreso es fundamental en el funcionamiento republicano y el presidente deberá enviar sus leyes para que sean tratadas.

Así estarían los bloques por el momento:

DIPUTADOS (257)

  • Unión por la Patria (109)
  • Juntos por el Cambio UCR y otros (49)
  • Juntos por el Cambio PRO (43)
  • La Libertad Avanza (38)
  • Partidos provinciales (13)
  • Frente de Izquierda (5)

El quórum necesario es de 129 presentes.

SENADORES (72)

  • Unión por la Patria (33)
  • Juntos por el Cambio UCR y otros (16)
  • Juntos por el Cambio PRO (8)
  • Partidos provinciales (8)
  • La Libertad Avanza (7)

El quórum necesario es de 33 presentes.

Éstos son números preliminares susceptibles de cambios debido a que hay legisladores de La Libertad Avanza que habrían abandonado el espacio, y otros de distintos partidos que podrían saltar de barco por lo que yo llamo «licencias ideológicas».

Lo que debería ocurrir (políticamente) es una férrea oposición a Milei, encarnada por Unión por la Patria y una oposición más moderada reflejada en el radicalismo. El peronismo tendrá la tarea de reconstruirse a base de codazos internos, muy difícil de anticipar debido al funcionamiento propio del PJ, y de igual manera, la UCR tendrá que reorganizarse en sus próximas elecciones internas, ya que el mapa del centenario partido quedó reconfigurado luego de las derrotas políticas de Lousteau y Morales. El jujeño y el porteño habían hecho una correcta interpretación de la demanda militante y se expresaron con neutralidad eleccionaria -que era lo único que podían hacer debido a que los destinos electorales no los fija el Comité, sino la Honorable Convención-, pero luego jugaron para Sergio Massa y en una sociedad que no separa a los partidos de los hombres eso es «perder». En frente está el triunfo político de los radicales Valdés, Petri y Cornejo, alineados a Milei que, con menos presencia en el Comité hoy están envalentonados y van por la conducción de la UCR. Si bien en el «poroteo» del partido la tienen difícil, todos sabemos que el poder ordena.

Políticas de Javier Milei

El presidente electo ha tenido posturas tajantes y controversiales durante la campaña, pero también ha dado marcha atrás demostrando un gran aprendizaje en gimnasia política, que luego volvía a poner en duda retomando viejas propuestas polémicas. Hay cosas que explicó de diferentes maneras y prestan a confusión, no solo por sus tecnicismos, sino que el periodismo no ayuda al reinterpretar sus dichos. En este punto es que estoy en condiciones de decir que sólo estoy seguro de lo que el propio Milei reafirmó después de su triunfo en el ballottage: la dolarización se mantiene como bandera, aunque llevará tiempo, tal cual ocurrió en otros países. Las empresas como YPF se privatizarán y las telecomunicaciones también, porque Javier Milei no quiere que funcionen como agencias de propaganda oficial. La ley de alquileres se va a derogar para que los contratos sean celebrados por particulares sin intromisión estatal. Frenar la emisión monetaria para eliminar la inflación y solucionar el problema de las LELIQS. También se llevó su parte la Aerolínea de bandera y pasó desde la privatización hasta ser controlada por los empleados. La educación funcionará a través de váuchers y algunas otras medidas menos pochocleras que las que acabo de mencionar.

Sobre estas propuestas confirmadas quiero hacer dos señalamientos.

  1. Los partidos que ya se definieron como opositores (UxP, UCR, CC, FIT) no deberían esperar ni un segundo más para reorganizarse y expresarse en contra para luego votar todo por la negativa en el Congreso. Entendiendo que casi todas atentan contra el ideario partidario de cada sector. Algunos todavía están esperando «ver qué hace el Presidente electo». Bueno, ya lo confirmó…
  2. Éstas propuestas tienen escollos difíciles de sortear, principalmente el parlamentario, ya que, en caso de ser tratadas no deberían ser favorables para Milei. Algunas por ideología política y otras por inconstitucionales (como la propuesta de eliminación del peso argentino que, afortunadamente, desde el sector de Milei parece que dejaron de insistir. Art 75 C.N.)

Mi visión sobre estas políticas que el libertario quiere desarrollar, al margen de su dificultad para ser aprobadas por el Congreso, es que algunas son inconvenientes. La derogación de la ley de alquileres traerá serios perjuicios para los inquilinos si no se la acompaña con una economía saludable. La discusión sobre Aerolíneas o YPF pasa por el tamiz de costo-beneficio, y más. Porque si algo no es rentable, el Estado debería privatizarlo, a menos que tenga un componente simbólico en base a la soberanía y el potencial que eso trae aparejado. No olvidemos que Hipólito Yrigoyen le dio al resto de Latinoamérica el incentivo de explotar sus recursos energéticos luego de crear YPF porque lo entendía como un factor clave de negociación política internacional. Si Milei quiere ordenar tendrá que ajustar, y para ello deberá tener muñeca. Por lo tanto, todas las políticas del nuevo presidente deben tener timing, y considerar el panorama futuro relativamente estable que se viene para Argentina -vencimientos de deuda, cosechas del gran campo argentino, factor climático, desarrollos energéticos, etc.-.

La determinación de cerrar Télam es simbólica, debido a que no mueve la aguja de la economía. Debería hacerlo para contentar a su electorado, y no mucho más que eso. Lo difícil de entender es, hasta para los economistas, cómo se hará el ajuste de 15 puntos del PBI del que tanto habla Milei. Aunque hay algo seguro, la sociedad le dio licencia para ajustar, incluso sabiendo que el presidente electo dice que planea ajustar tres veces más de lo que pide el FMI.

¿Por qué ganó Milei?

La respuesta es sencilla, por todo. Últimamente los “opinólogos” hacen esfuerzos desmedidos por explicar el triunfo del libertario reduciendo el mismo a una causa. Supongo que es por una cuestión de impacto, pero la explicación es un poco más compleja. En primer lugar, el oficialismo se posicionó como uno de los peores gobiernos democráticos de Argentina, con elevada inflación, pobreza, dólar alto y estancamiento. Si a esto le sumamos que el candidato era el ministro de economía de ese gobierno nos encontramos con un combo evidentemente perdedor. Sin embargo, este ministro llegó a la Segunda Vuelta siendo el más votado en las Elecciones Generales debido a que el peronismo es una máquina cada día más potente. A esto último lo sostengo teniendo en cuenta que era imposible que un candidato con tan mal gobierno en sus espaldas pudiera apelar a presentarse a elecciones siquiera; pero lo hizo de excelente manera.

En la otra vereda nos encontramos con Javier Milei, un candidato surgido de los medios y fogoneado por foros de internet que tenían como costumbre de nicho poner en duda todo lo zanjado por los argentinos -desaparecidos, democracia y derechos humanos-. Esta conjugación logró penetrar y generar una narrativa que funcionó como base para cuestionar todas las banderas de los adversarios, principalmente el de la justicia social. El chivo expiatorio fue muy sencillo: la casta. Así fue como se simplificó el discurso haciéndolo competitivo y revolucionario. No en vano Milei esboza que sólo respeta a los radicales de Alem, el resto (casi todos) son sus «enemigos». Si no fuera porque Milei tiene patillas y Alem barba, podría decir que son muy parecidos en su aspecto idealista y revolucionario, claro que uno se suicidó antes de «corromperse» y Milei eligió el camino yrigoyenista de ganar elecciones y aliarse con la casta.

Dicho esto, el plato estaba servido. La oferta electoral fue mala y Juntos por el Cambio había destruido sus posibilidades por “tironeos” internos. El pueblo optó por votar al polémico «bicho raro», por la acumulación de errores del gobierno y por el hartazgo hacia la clase política. Eso sí, yo no permito que se simplifique el triunfo de Milei alegando que «la gente está cansada de la política», porque si algo hubo en la sociedad fue politización. Todos tomaron partido de lo que ocurrió, buscaron fundamentos hasta en dónde no los había, y hasta culminaban discusiones familiares con «si me equivoco, será con alguien nuevo». No perdamos de vista que mucha gente tiene esperanzas en el próximo presidente y eso es un sentimiento que gana elecciones.

Párrafo aparte para la ayuda que recibió Milei de su principal enemigo, Raúl Alfonsín: el ballotage se incorporó en la Reforma de 1994 por pedido de la UCR, con la intuición de que al peronismo se le dificultaría ganar un duelo mano a mano. Llevamos celebrados dos ballottages, con dos derrotas del PJ. El padre de la Democracia algo sabía de ingeniería electoral.

Para ir cerrando este texto quiero hacer hincapié en el principio. ¿Quién al poder? Es difícil saberlo hasta no tener al presidente en ejercicio de sus funciones, pero conociendo la voracidad de Macri me atrevo a decir que el líder de casi la totalidad del PRO tendrá vital importancia en el gobierno. En distintas oportunidades Milei señaló que el expresidente se acercó de manera desinteresada, lo cual, permítanme decir que es falso por ingenuidad de Milei o por mentiroso. Ningún dirigente se va a jugar su electorado y prestigio gratis. Yo, genuinamente, espero que Milei nos esté mintiendo y sepa bien lo que le corresponde a Macri. Recordemos que de los éxitos en la gestión del presidente va encadenada nuestra prosperidad.

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