Lucia Maidana es una de las participantes de la nueva temporada de Gran Hermano que conquistó a la audiencia. La futbolista oriunda de Salta es parte de una familia muy tradicional. “Soy muy brava en la cancha”, fue una de las primeras frases que Lucía dijo en Gran Hermano. Proviene de una familia numerosa y extremadamente tradicional. Tiene diez hermanos, de los cuales hay tres pares de gemelos, y creció bajo la influencia de una sociedad cerrada y católica.
Pero, a pesar de haber sido criada en un ambiente religioso, Lucía rompió con el esquema de su familia, ya que se enamoró de una mujer. Hace tres años conoció a su actual pareja a través de Tinder y mantienen una relación estable
Lucía ha pasado por episodios oscuros. Le ha tocado pagar la cruel factura de amar a alguien de su mismo sexo.La participante abrió su corazón a sus compañeros y al público de Gran Hermano al revelar que su familia la quería someter a “terapias de conversión”.
A mi me quisieron mandar con una psicóloga de España que te ‘curaba’, no sé qué te harán, a mi me hablaron de electroshock”, aseguró la futbolista.“Mi familia pertenece a un lugar de élite. Los socios solo pueden ser hombres, a los 15 años tenés un baile al cual un chico te tiene que invitar, se llama ‘El Baile de Jovencitas’, eso se usaba para que los hombres conozcan a las hijas y se vean los apellidos”
Las terapias de conversión son supuestamente intervenciones que tienen por finalidad cambiar la orientación sexual de una persona o su identidad de género.
Sus promotores afirman que estas terapias pueden transformar a las personas gays, lesbianas o bisexuales en heterosexuales, y a las personas trans o de género diverso/diferente a cisgénero lo cual esta prohibido en 8 paises.