Un día como hoy, hace 207 años, ocurrió uno de los grandes hechos históricos de América, y una de las mayores proezas militares de la historia mundial: el inicio del cruce de los Andes. Esta campaña militar, a cargo del General José de San Martín (1778-1850), aseguró la independencia de Argentina, Chile y Perú, poniendo fin al poder colonial de España sobre América del Sur.
En homenaje a esta hazaña, en 1916 el gobierno de Francia donó a la Argentina un imponente tapiz que fue ubicado en un lugar honorífico de la Casa Rosada, frente a la “escalera Francia” que conduce a los salones de recepción y recintos presidenciales. Se trata de un tejido realizado en la prestigiosa Manufacture des Gobelins –entre 1911 y 1914– en homenaje al primer centenario argentino. El cartón del tapiz fue diseñado por Alfred Roll (1846-1919), uno de los artistas oficiales de la Tercera República.
El obsequio francés llegó a la Argentina en 1917, durante la presidencia de Hipólito Yrigoyen. Cien años después, Francia se hizo cargo de su restauración, ya que la polución y el aire que circula en las escaleras fueron deteriorando las fibras y su color.
La obra representa el cruce de los Andes de San Martín y su ejército, un 17 de enero de 1817. El Libertador está representado a gran escala y en el centro de la escena, sobre su caballo, mientras atraviesa la cordillera de los Andes.
Por encima del general, en el cielo, se observa una enérgica guerrera que parece llamar a las armas a los defensores de la libertad, y una personificación de la República Francesa, con su gorro frigio, se apresta a cubrir a San Martín con una corona de laurel.
Arriba, en una banderola, detrás de un sol aún incompleto que remite a la iconografía de la bandera argentina figuran los nombres San Lorenzo y Maipú. Debajo, la frase que cierra la representación: “Al libertador José de San Martín, la República francesa”.
El cruce de los Andes
Esta campaña militar se realizó movilizando seis columnas simultáneas sobre un frente extendido de más de 2000 kilómetros, a una altura promedio de 3000 metros, a través de seis diferentes pasos. Dos columnas principales cruzaron por el paso de Los Patos, al mando de Soler, O’Higgins y San Martín, y por el de Uspallata, al mando del general Las Heras. Las otras cuatro columnas menores salieron primero y avanzaron por pasos al sur y al norte, con el objetivo de confundir y distraer al enemigo para enmascarar el movimiento principal.
El Ejército atravesó la cordillera para reunirse entre el 9 y 10 de febrero en Curimón, valle del Aconcagua y armar la ofensiva para tomar la ciudad de Santiago. La sincronización del plan fue perfecta. La marcha de las columnas se dio en distintas fechas, y todas convergieron en el objetivo de acuerdo con lo planificado.
El cruce de la Cordillera de los Andes es considerado uno de los grandes hechos históricos que puso en lo más alto a Ejército de la hoy la República Argentina. Esta campaña militar aseguró la Independencia de vastos territorios y puso fin del poder colonial de España sobre América del Sur.