Facundo Verdini estuvo presente durante el crimen. Dio detalles del aterrador momento y remarcó un rasgo particular del atacante.
En medio de la conmoción, luego de que se conociera el Crimen en su peluqueria de Recoleta habló el dueño del negocio y dio detalles del brutal momento que vivió. “Ese día se rapó el pelo, estaba como aislado”, comentó el hombre.
El brutal episodio ocurrió a las 20.10 de este miércoles en un local llamado “Verdini”, ubicado en la calle Beruti al 3017, y quedó registrado por una de las camaras de seguridad del comercio.
En las imágenes se puede observar cómo uno de los empleados, repentinamente, sacó un arma y le disparo en la cabeza al compañero. El asesino escapó por una de las ventanas y es intensamente buscado por las autoridades.
Ahora, Facundo Verdini, el dueño del negocio, contó a Arriba Argentinos (eltrece) como vivió el impactante momento. “No lo puedo creer todavía, estoy temblando, no caigo. Esto fue como a las 20 y hasta recién estuve en la comisaría dando testimonio”, detalló.
En tal sentido, explicó que ese mismo día Abel Guzmán, el agresor, “estaba raro” y que “se había rapado el pelo”. “Tenía una mirada rara, estaba como aislado” agregó.
“En un momento nosotros estábamos sentados hablando, él se acercó y dijo que quería hablar. Le dijimos que hablábamos mañana y ahí sacó el arma. Yo no lo podía creer, nunca hubo un clima tan tenso para que saque un arma. No hubo pelea, no hubo piñas,”, precisó el hombre. “Yo me levanté, sentía frío, y le dije ‘vamos a hablar, tranquilizate’”.
Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano. El agresor le dijo al dueño se que siente, amenazó a su compañera para que no gritara porque sino le iba a “volar la cabeza” y tras ello “se acomodó y le disparó a Germán (la víctima)”. “Fue todo muy rápido”, comentó Verdini aún conmocionado.
Con respecto a la relación de Guzmán con la víctima, el dueño de la peluquería contó que había “peleas laborales”, pero que eran discusiones mínimas, nunca de un nivel de violencia tan elevado. “Por lo que sabía no se debían plata, no había pasado nada para llegar a ese punto”, sumó.
En medio de su relato, Facundo recordó una particularidad en el carácter del agresor que siempre le llamó la atención. “Con las clientas era muy amable, pero con nosotros hablaba diferente”, precisó.
También dijo que desconocía que Guzmán sabía manipular un arma y que la Policía le dijo que por la manera en la que se paró parecía un profesional.
Con respecto a cómo transcurrió el día laboral, comentó que fue “normal”, pero si mencionó en distintas oportunidades que estaba “como aislado”. “No me puedo sacar de la cabeza cuando sacó el arma, todavía no pude dormir”, sostuvo.