Las eliminaciones coperas, sobre todo de la Libertadores más que de la Argentina, explotaron en el último campeón del fútbol argentino y su entrenador Martín Demichelis quedó expuesto en el medio de la turbulencia que intenta superar River Plate.


No solo los resultados generaron dudas en el Millonario sino que las últimas informaciones que brotaron desde la intimidad del plantel, lo dejaron mal parado al técnico y hasta algunos se animaron y le pusieron como fecha de vencimiento fin de año.


Sin hacer futurología, lo concreto es que los números no le dan en este momento a Martín Demichelis pero más allá de los resultados, lo informado sobre una reunión con los periodistas, donde el entrenador habría deslizado críticas hacia los jugadores y llegó a los oídos de los futbolistas, resquebrajó la relación con el DT.


El entrenador de River arrancó la segunda parte del año sin encontrar el equipo, utilizando 21 jugadores, sin repetir una formación inicial. En los cinco partidos que jugó entre la Copa de la Liga y octavos de la Libertadores, siempre arrancó perdiendo, le anotaron 9 goles, 6 de ellos de pelota parada y sigue con la mala racha de visitante -ganó una vez en los últimos 13-.


River, que obtuvo el campeonato de la Liga Profesional de Fútbol (LPF) el 15 de julio tras ganarle a Estudiantes, luego quedó eliminado de la Copa Argentina contra Talleres y perdió por penales ante Inter de Porto Alegre en la Libertadores, dos durísimas derrotas para una institución acostumbrada a pelear por todo en los últimos años.


Luego del parate por la fecha FIFA, recibirá a Arsenal -el único que le ganó de local- el domingo 17 de septiembre en el Más Monumental por la cuarta fecha de la Copa de la Liga.


Martín Demichelis tiene por delante menos de una veintena de partidos posibles hasta fin de año para llegar a las finales que debería jugar por haber ganado la LPF ante el ganador de la Copa Argentina y el ganador de la Copa actual.


Pero la tarea más difícil para el entrenador no pasa por lo futbolístico y será recomponer su vínculo con el plantel; volver a ganarse la confianza de los jugadores y a su vez no perder el respaldo de la directiva que empezó a mirar con otros ojos el trabajo del entrenador.

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